19 marzo, 2024
Interes General

Seremos Millones. Bolivia, Evo y la fuerza de un pueblo

“Evo es nuestra tierra, nuestra sangre, nuestra memoria, nuestra historia, nuestro ajayu, nuestra alma”

En la tercera jornada del Foro Mundial de Derechos Humanos 2023, se presentó el documental Seremos Millones. Bolivia, Evo y la fuerza de un pueblo, dirigido por Diego Briata y Santiago Vivacqua.

“Los hechos que se narran a continuación sucedieron en Bolivia entre 1492 y 2020”

Con esta frase comienza la película, anunciando que la historia de nuestros pueblos está marcada por el saqueo sistemático del imperialismo, primero europeo luego estadounidense.

La retrospectiva que nos proponen lxs realizadores es necesaria para comprender los hechos que llevaron al exilio a Evo Morales Ayma, el líder cocalero que logró imponerse al poder hegemónico convirtiéndose en el primer presidente indígena y el artífice de la refundación de Bolivia.

Contando con un extenso y maravilloso material de archivo y ricos testimonios de los protagonistas, la película narra la vida política de este hijo de campesinos, nacido en medio de la pobreza del altiplano boliviano, que enfrentó al poder que durante siglos ha saqueado y dominado su país y, que en 2019 luego de su cuarto triunfo electoral, fue obligado a dejar la presidencia a partir del golpe de Estado que arremetió contra las esperanzas del proceso de cambio para imponer una restauración reaccionaria en el Estado Plurinacional de Bolivia. Desde el exilio, Evo luchó junto al pueblo boliviano para recuperar la democracia, la soberanía y para que la wiphala, bandera de los pueblos indígenas, vuelva a flamear sobre su Patria.

Una vez culminada la proyección de este conmovedor y necesario documental, en la Sala Argentina del Centro Cultural Kirchner, se presentaron en el escenario lxs realizadores: la productora, María Eugenia Ferrer; la coordinadora, María Fernanda Ruiz; y los directores, Diego Briata y Santiago Vivacqua. La propuesta consistió en generar un espacio de encuentro e intercambio de sensaciones y emociones con lxs presentes, luego de ver la película.

Diego Briata relató el modo en que quienes estuvieron involucradxs en el rodaje  vuelven a emocionarse cada vez que miran el documental. Para el director, acompañar a Evo durante su exilio en Argentina y registrar su retorno al Aeropuerto de Soberanía, en la localidad de Chimoré, es un hecho histórico. Hay una resignificación muy importante en ese acto, en esa vuelta al aeropuerto del que obligadamente se había ido un año antes, escoltado por su pueblo que lo protegió de una muerte anunciada, y ahora lo esperaba con la felicidad de este regreso legitimado a través de las urnas, donde el Movimiento al Socialismo (MAS) se impuso nuevamente en 2020.

Por su parte, Fernanda Ruiz reflexionó acerca de la importancia de poder ver esta película en Argentina “porque es tan desgarradora la situación, tan dolorosa. El intento de asesinato a Cristina es algo tan terrible para nuestro pueblo, que por momentos pareciera que es dificil pensar en un horizonte” pero la historia reciente de Bolivia nos permite ”soñar cosas grandes” y nos demuestra que la fuerza de un pueblo se impone a la fuerza de los poderes concentrados.

Luego de estos comentarios iniciales, el público no tardó en pedir el micrófono para alzar su voz.

Janette, una hermana boliviana con muchos años de residencia en nuestro país, comentó que “volver a ver esas imágenes (nos) hace volver a ese momento que tanto sufrimiento nos dio a los bolivianos; y nos va a hacer pensar siempre que tenemos que seguir defendiendo lo que nuestro hermano nos ha enseñado a lo largo de esos tiempos”.

A su vez, contó que antes de la llegada de Evo a la presidencia “pensábamos que no había posibilidad de cambiar Bolivia” pero “nuestro hermano Evo nos enseñó que sí se puede, que todo es posible mientras queramos y confiemos en el mismo pueblo” que es el soberano.

También agradeció a los presidentes de la región “que han ayudado y que han colaborado para que él pueda volver a Bolivia”.

Gertrudis, otra compañera boliviana, nos compartió su experiencia con Evo en Buenos Aires: “El 11 llegó a la Argentina y el 12 estaba en mi casa. Ha sido tan hermoso compartir esos días. A él le volvió la alegría cuando vio a su gente en Liniers, que se llenó toda la calle”. La gente gritaba “Evo no estás solo, carajo” y él no podía contener las lágrimas.

Esta vivencia le hace recuperar a Gertrudis la “esperanza de que la Patria Grande se hará de nuevo”.

Nora, migrante boliviana que vive hace 30 años aquí, agradeció “la película que quedará en nuestra memoria”.

Agradeció también “a nuestro hermano Evo Morales Ayma, por haber reivindicado a nuestra gente, darle dignidad a nuestros pueblos indígenas originarios” y por las obras que ha llevado adelante durante sus mandatos. “Gracias a este hombre somos reconocidos en todo el mundo. Lo veo a Evo y se me eriza la piel”.

A continuación, un joven colombiano pidió la palabra para manifestar que “el documental nos muestra la esperanza no solo para el pueblo boliviano sino para todo el continente y para todo el mundo” porque “pudimos sentir que Evo no es solo una persona, es todo un pueblo, todo un continente”. Nosotros “también hemos sentido miedo cuando la policía nos persiguió, hemos sentido miedo cuando la policía nos golpeó, hemos sentido miedo porque, así como Evo tuvo que salir, también salimos de Colombia porque no teníamos derecho a la educación”.

Por otra parte, compartió que “vengo de la Universidad de Integración Latinoamericana, que está en Brasil, que soñó Chávez, que soñó Correa, que soñó Lula, que soñó Evo (…) y nos gustaría presentar esta película en nuestra universidad para que la gente siga con la esperanza”.

Otra hermana boliviana agradeció a los realizadores “por haber mostrado nuestra idiosincrasia, nuestra historia, nuestro sufrimiento”. Se mostró muy conmovida por las imágenes que muestran al ex vicepresidente tomando un puñado de tierra boliviana para llevarse al exilio y la felicidad de regresarla, con su vuelta al país.

Subrayó la importancia de que la película muestre “el proceso, que fue muy duro para nuestro pueblo, con las órdenes de la criminal Áñez y todo su equipo de asesinos, que mataron y criminalizaron nuestras protestas, que solo buscaban defender a nuestro hermano Evo”.

Asimismo, reflexionó acerca de nuestra relación con la naturaleza, tan importante en la cultura andina, rescatando que “nuestra madre tierra, nuestra esencia, estuvo presente, protegiendo a nuestros hermanos y cómo volvieron con ese puñadito de tierra para regresarlo a nuestro lugar de origen”. En ese sentido, consideró que “no solo nosotros los hemos acompañado sino nuestra sagrada naturaleza”.

A Ruth, hija de un dirigente minero y oriunda de Potosí, radicada en nuestro país desde hace más de 30 años, la película le hizo revivir “momentos muy emocionantes”. “Me la pasé llorando, pero que esto nos sirva de experiencia para decir nunca más. Que nunca más venga un gobierno de derecha y quiera avasallar nuestros derechos, nuestra tierra, nuestros recursos, nunca más”. Y agregó, “estamos ante unas elecciones donde tenemos que levantarnos y decir que nunca más vuelva la derecha”.

Tenemos que “volver a nuestra democracia y que nuestra democracia nos ayude a gritar con libertad: estamos libres y este pueblo, esta tierra, son nuestros”.

La última persona del público en pedir la palabra fue Rosemary, originaria de Cochabamba pero establecida en nuestro país, para contarnos que “nosotros estuvimos en el consulado las 24 horas sufriendo, cuando le hicieron el golpe a Evo. Mientras, venían los de la derecha y nos decían ¿qué quieren ustedes?”. “Nos decían: la wiphala es un trapo”.

Además, nos compartió sus vivencias de aquellos días de terror cuando encendían “velitas por cada uno de los hermanos que iban cayendo”, mientras tenían que ser espectadoras del avasallamiento a “las casas de nuestros hermanos”.

Rosemary culmina con esta reflexión: “Debemos concientizar a nuestros hijos, debemos transmitir lo que ha pasado, para que la historia no se repita y que sepan todo lo que el hermano Evo hizo por nuestra patria”.

En los distintos testimonios de lxs presentes puede rastrearse la reflexión que el ex vicepresidente Álvaro García Linera nos regala en el documental:  “¿Es Evo el objeto de la derecha? No. Es la unidad de lo popular que se consolida a través del líder”.

Cerrando este emotivo intercambio, Santiago Vivacqua planteó que, si bien Seremos Millones muestra las injusticias y la desigualdad de la que ha sido víctima el pueblo boliviano, “creemos que hay un final que es esperanzador. El final es alegre, es para adelante y con perspectiva de futuro. Fue muy doloroso lo que pasó y eso se ve reflejado en la película. Con Evo en el exilio, con el golpe de Estado, con los intentos de proscripción de los candidatos del MAS, que con todo eso en un año se haya recuperado la democracia, fue algo impresionante. De alguna manera es eso lo que nos motivó a hacer la película, un homenaje a eso tan valioso que pudieron hacer los bolivianos. Hay que tomar este ejemplo como un norte, o mejor dicho un sur, para seguir trabajando en la construcción de pueblos más felices, más justos, más soberanos”

Como plantea en la película la ex presidenta del Senado, Adriana Salvatierra: “que en un año nuestro país se sobreponga, eso solo se puede explicar gracias a la necedad de nuestro pueblo, de escribir su propia historia con sus manos, con su sangre también”.

El grito en la Sala Argentina era uno, pero también millones: Jallalla hermano Evo, jallalla Bolivia, jallalla Argentina, jallalla Patria Grande

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